El suelo es uno de los elementos más castigado de la vivienda y de los que sufren más desgaste. Si hablamos de los pavimentos de cocinas y baños, existe también la dificultad añadida de las especiales condiciones de temperatura y humedad, además de los altos niveles de higiene que se requieren en ambas estancias.
Para responder a estas necesidades específicas elegiremos un material de baja porosidad, invulnerable al agua, fácilmente lavable y que admita el uso de bactericidas y desinfectantes.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tamaño de la cocina o el baño porque, aunque las tendencias para la nueva temporada nos hablan de piezas cada vez más grandes –del orden de los 60 x 60 cm– en espacios reducidos, mejor utilizar piezas de pequeñas dimensiones para agrandar ópticamente la dependencia.
Materiales más usados en los pavimentos anti humedad.
Granito.
Su baja porosidad lo hace muy adecuado para ambientes húmedos e higiénicos. Está compuesto principalmente por mica, cuarzo y feldespato que le confieren un aspecto moteado característico. Se presenta en diversos acabados.
Pizarra.
Crea ambientes sofisticados y minimalistas. Existen diferentes medidas y colores para realizar combinaciones multiformato: desde verdes y pardos hasta grises o negros; como contrapartida es ruidosa, fría y resbaladiza.
Mármol.
Es un material muy relacionado tradicionalmente con el cuarto de baño. Resiste bien la humedad, pero es bastante vulnerable a los productos de limpieza corrosivos y ácidos. Los pavimentos brillantes necesitan mantenimiento especial para conservar su acabado.
Gresite.
Puede emplearse en casi cualquier elemento del baño como el suelo, revestimiento de duchas y otros sanitarios de obra o encimeras del lavabo. Es muy duradero y se mantiene siempre como el primer día, pero las juntas requieren especial atención porque tienden a volverse negras y favorecen la proliferación de moho.
Cerámicas.
Es la opción más utilizada en nuestro país. Las porcelánicas resisten bien los productos de limpieza, el desgaste y los derramamientos de agua y grasa. Pueden imitar cualquier material, como la madera, la piedra natural o las superficies textiles.
Las maderas tropicales.
Son otra de las posibilidades a considerar, ya que por su alto contenido en aceites vegetales no se hinchan ni deforman al entrar en contacto con el agua.
Parqué laminado.
Tienen bases de madera que se unen por un sistema de ranuras y lengüetas y se rematan con una capa plástica posformada resistente a la humedad pero, como en la opción anterior, no conviene empaparlo.
La piedra sintética.
Son conglomerados de minerales naturales, pigmentos y resinas plásticas. Su uso más habitual es como encimera de trabajo o fregadero, aunque algunos de ellos pueden ser utilizados también como pavimento o revestimiento por sus propiedades y la posibilidad de hacer las juntas casi imperceptibles.
Revestimientos para cocinas y baños.
Presente y pasado se conjugan para para ofrecer propuestas decorativas que no descuidan la tradición sin dejar de innovar en cuanto a materiales, formatos y acabados.
Las tendencias cerámicas de este año siguen inspirándose en la nostalgia de diferentes corrientes y en las innovaciones que permiten las tecnologías más avanzadas. Las últimas colecciones repiten las propuestas arriesgadas, en las que el color y la decoración vuelven a tener cabida.
Destacan también los formatos dispares: desde las medidas XXL, hasta las pequeñas piezas que proporcionan diferentes posibilidades de composición. La fuerza de la materia cobra un gran protagonismo en mármoles, granitos, grandes piedras veteadas, jaspeados, etc”.
Gracias al auge del uso de la cerámica en encimeras y otros proyectos la cerámica está ganando terreno como protagonista en el interiorismo, a través de baldosas que se alinean con las últimas tendencias decorativas en Europa, como pueden ser los estilos decorativos midcentury o new art déco.
Las novedades apuntan hacia los desarrollos más audaces en diseño, composición y paletas de color. También se aprecian nuevos usos para los acabados cerámicos como en las paredes de dormitorios, cabezales de la cama o encimeras de cocinas y baños.
Las pinturas.
A la hora de pintar una vivienda muchos son los que deciden prescindir de la mano de obra profesional y lanzarse por su cuenta. Las pinturas actuales lo ponen todo más fácil: podemos conseguir el color que queramos, algunas son monocapa, no gotean, ni huelen y secan rápidamente.
En cuanto a la decisión de colores para cada estancia se debe realizar en función de la luz, el estilo, el color del mobiliario y resto del equipamiento, además del material y tipo de suelo. El segundo paso será decidir la modalidad de pintura a utilizar, aunque para las estancias húmedas se necesita pintura lavable, resistente a la humedad y a las salpicaduras de agua.
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